Respuesta a: FORO DE DEBATE DE LA UNIDAD

#1480
nurimarin233
Moderador

Durante mi infancia y adolescencia he crecido en colegios cuyas aulas disponían de un alto porcentaje de alumnado extranjero, casi siempre de origen latinoamericano. Aunque en mi caso lo vivía de manera natural, años más tarde he conocido casos de discriminación directa (insultos, “por qué no te vas a tu país”,…) que ocurrieron de manera silenciosa y que trascendieron entre poco y nada a los profesores o la dirección del centro. Durante los años de Bachillerato me cambié de centro, acudiendo esta vez a una cooperativa de enseñanza, donde pasé de convivir con +-7 alumnos latinoamericanos en clase, a 0. Me sorprendió tal cambio, cuando ni siquiera había cambiado de municipio. Más tarde entendí que esto se debía al contexto económico diferente que existía en ambos centros. Comparando los dos entornos y basándome en distintas conversaciones que he podido tener durante esos años con mis compañeros y compañeras, considero que hay una gran diferencia entre el imaginario de las personas que han convivido en ambientes multiculturales, especialmente en la infancia y la adolescencia, y los que no.

En el ambiente laboral, lo que he podido ver durante estos años es que, en muchos casos, la clase termina por dividirse en alumnado autóctono y alumnado extranjero a la hora de socializar. Aunque entiendo que la razón o la necesidad de realizar algo así es que el alumnado extranjero se siente más identificado con los y las alumnas que han vivido situaciones similares a las suyas, considero que, como docentes, debemos fijarnos en este tipo de comportamientos e intentar revertirlos mediante actividades o actos cotidianos aunque significativos como cambiar de sitio a los alumnos y sentarlos de manera estratégica.