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Yo también aportaré mi visión desde otra perspectiva, ya que no me dedico al ámbito de la docencia.
Ayer, sin ir más lejos, pregunté en mi entorno a personas que tienen más trato con colegios o ámbito de la educación y lo que me comentaron fue estremecedor. Desde un “yo no llevaría a mi hijos/as a un “X” centro, porque la mayoría son migrantes y el nivel educativo es bajísimo”, hasta “si estás en lista, te llaman para trabajar, y dices que no quieres ir a “X” centro, no te penalizan, ya que como son migrantes nadie quiere ir a trabajar allí”. Además, cuándo no se ha escuchado la frase “yo no soy racista, pero….” Si hay un “pero” en esa frase, lo siento, sí lo eres.
Que el racismo empieza en las instituciones, es un hecho, y por lo tanto, la educación no se libra. Considero difícil abordar el racismo en las aulas, si no respondemos a las siguientes preguntas: ¿hay profesores/as racializados en el centro? ¿existen personas racializadas dando orientación? ¿existe formación antirracista en el currículo escolar y/o el personal docente está formado en la materia? Creo que si la persona de referencia para dar apoyo ante una situación de racismo se trata de una persona no racializada, dificilmente va a poder comprender y apoyar al menor, sin caer en el paternalismo y la infantilización de la persona en cuestión, y eso en el mejor de los casos, ya que en el peor de los casos, se pasaría por alto con un “eso no es nada, es una broma,..etc.”.
También recalcar lo mencionado en otros comentarios, que el esfuerzo no solo debe ser en las aulas, sino en el entorno y familia del alumnado.
También hay que tener en cuenta que no solo hay que asimilar “racismo = migración”, sino que hay personas racializadas nacidas en nuestro país que sufren el mismo racismo que una persona de origen extranjero. Aprovecho para mencionar el libro “Ser mujer negra en España” de la escritora Desirée Bela (y también su formación anrtirracista) , o “Hija del Camino” Lucia Mbomio.