Formación – Solidaridad Internacional › Foros › El laberinto de los Derechos Humanos y la igualdad para las mujeres en África – IV Edición › Foro del Módulo 3 › Respuesta a: Foro del Módulo 3
Hola buenas tardes,
espero que todas se encuentren muy bien.
Respondiendo a la pregunta que lanza Vanessa, para mí es importante separar la imagen que nos han vendido sobre las mujeres africanas y en general a la mujer. Creo que por mucho que yo quisiera dejar de lado esa imagen que se nos ha vendido y hablar sobre lo que yo creo, sería negar una parte muy importante de la historia y del contexto que hasta hoy día nos acompaña y permea directamente no solo en una forma de ver a la mujer africana sino en la forma en la que se concibe. Y es que, para mi resulta necesario el poder hacer la separación de lo que creo y de lo que es la realidad de la concepción occidental sociológicamente hablando, porque si negamos esto, entonces nunca podremos avanzar y generar un cambio.
Para comenzar a responder la pregunta, creo que tendría 2 respuestas y muchas preguntas alrededor de ello.
Evidentemente la imagen que me viene a la cabeza sobre la mujer africana pensándolo desde una mira universal y generalizadora, supongo que la respuesta sería mujeres que sufren, mujeres privadas de sus derechos más elementales, mujeres maltratadas y por supuesto “mujeres que necesitan ser salvadas por el hombre blanco”. Pero para mi eso no es la realidad, y no puedo dejar de preguntarme ¿Por qué nos han vendido esa imagen de las mujeres en África? ¿Por qué tendríamos que pensarlas así?
Desde mi perspectiva personal, mis creencias y mi experiencia, para mi las mujeres Áfricas son tan diversas como la diversidad de flores y plantas que existe en el mundo. Cada una, según su geografía tendrá sus propios matices, pero lo que encuentro como punto común es que son mujeres que luchan, que sueñan, que quieren generar un cambio y que necesitan entendimiento y comprensión, más no imposición sobre cómo deberían de vivir. Para mi resulta evidente que se necesita recorrer un largo camino que cambie la forma en la que se concibe a la mujer no solo de África, sino del mundo. Pero que este cambio debe ser con mucho amor y respeto hacia las diferentes formas de vida y cultura. Las políticas globales no sirven porque no aplican para todas, se necesita replantear desde el estudio sociológico-antropológico y a partir de ello, comenzar a tomar acción para crear esa “igualdad”.