Respuesta a: Foro del Módulo 4

#3978
anesesmagracia
Moderador

¡Buenos días!
En primer lugar agradecer vuestras contribuciones y debates, creo que es parte esencial del proceso para la construcción de un pensamiento crítico y colectivo. También agradeceros tanto el artículo como la autora señalada, no la conocía y pinta muy interesante.
Trabajar la economía feminista siempre es un reto interesante y amplia las nociones de economía que suelen ser reduccionistas al sistema de mercado. La (re)producción de la vida en sí mismo es un sistema económico. Si una lección ha quedado clara tras la pandemia es que los cuidados son esenciales y que deben ser puestos en valor. Esto no sólo es aplicable a las mujeres del África al sur del Sahara sino que en todas nuestras culturas se manifiesta como una necesidad, atender a la producción de cuidados. Si estos son monetarizados o no es un debate amplio e interesante que puede ser aplicado a una diversidad de contextos. Los cuidados son remunerados cuando son tercerizados, sino son una producción gratuita, ¿estos deberían ser remunerados siempre? ¿quién debería remunerarlos en este caso?
Efectivamente como señala Andrea, el debate dentro del ecofeminismo hace tiempo que está presente y ofrece nuevas narrativas sobre las necesidades de desarrollo en el mundo que sean respetuosos con las culturas, las comunidades, las personas y con el mundo también. Creando nuevos paradigmas de desarrollo que amplíen la noción de lo económico, podría plantearse también no establecer de las mismas categorías de bienestar universalmente sino considerarlas localmente. Podría ser interesante que cada lugar y cada grupo de personas pudiesen establecer lo que consideran “buen vivir” y trabajar para lograrlo.
Es importante entender siempre el desarrollo como algo participativo que se trabaja con agentes activos en la sociedad, no como algo que se aplica porque eso muestra una relación de poder. Trabajar desde la horizontalidad permite comprender los distintos puntos de vista y crear conjuntamente modelos de desarrollo que funcionen efectivamente y que creen espacios de diálogo.
Una vez más, ¡gracias por vuestra participación!