Formación – Solidaridad Internacional › Foros › El laberinto de los Derechos Humanos y la igualdad para las mujeres en África – IV Edición › Foro del Módulo 4 › Respuesta a: Foro del Módulo 4
Buenas tardes y gracias a todas por materiales y comentarios.
A medida que os he ido leyendo me he ido enganchando un poco más. Partiendo de que al igual que muchas compañeras no comparto las bases, principios y procedimientos del sistema capitalista y de que me pueda mover en movimientos donde se generan otras propuestas económicas (aún sin llegar a ahondar en los marcos de la economía feminista) en respuesta o como de resistencia al capitalismo, me cuesta horrores imaginarme una realidad ajena al mismo.
Alguna compañera ha mencionado grupos étnicos que han dado la vuelta al sistema mundial enfermo aislándose en una comunidad propia y ajena al resto. Me fascina la idea al igual que la concibo como algo catastrofista para gran parte del conjunto humano, me cuesta verlo más allá de la perdida total de privilegios para enfrentarse al planeta desde la desnudez global. Me parece más una distopía a cerca de la disminución de la población mundial en pro del equilibrio de las cadenas tróficas que pueblan el planeta y su supervivencia futura. Tal vez desvaríe en alto pero no consigo visualizar alternativas al sistema capitalista, sino resistencias locales e interconectadas dentro del sistema capitalista global: cooperativas agricolas con redes de producción y abastecimiento local, polos cooperativos como el estudio de caso en Kébémer, redes de ayuda mutua de mujeres (ejemplo dado por Lauu, tontines…)
Para terminar con la visión económica capitalista, añadir que experiencias de paises con sistemas políticos contrarios al capitalismo han terminado fagocitados por este último y en muchos casos con derivas contrarias a los derechos humanos en su intento por mantenerse soberanos.
Volviendo a la realidad de las mujeres en el continente africano al sur del Sahara, a medida que he ido leyendo materiales y comentarios, he intentado ir haciendo un analis entre los contenidos y la realidad que he percibido durante mi estancia en Benin, creo que un poco en línea de Mari-Paz.
Lejos de la idea del Estado de Bienestar que en Europa hemos podido experimentar o conocer en mayor o menor medida, la ausencia de estructuras solidas en gran parte de los estados africanos alejan aún más la consecución del concepto de bienestar económico de su ciudadanía.
Quedan en manos de su población el acceso a la sanidad, la educación, al trabajo, la vivienda, la supervivencia fuera de las etapas consideradas productivas de la vida, los cuidados… Muchos de estos factores tienen una vertiente doble, la propia, cultural o históricamente hablando, la de cada pueblo; y por el otro lado, la construida como hegemónica con la propia construcción de los estados, carentes de solidez.
Obviamente, el nivel de la solidez de cada una de las estucturas que atienden a los factores mencionados en cada país es diferente, al igual que el peso a soportar por la ciudadanía, pero a mi entender, la forma práctica de respuesta recae en gran medida sobre las mujeres.
¿Por qué trabajamos las mujeres, o porqué lo hacen en Africa? Me gusta la respuesta que ha dado María en su intervención: “desde el empoderamiento económico las mujeres consolidan su autonomía”. La autonomía de cada una desde los derechos, necesidades o realidad. Tanto individual como colectivamente.
Habría que tener en cuenta que la gran tasa de trabajo informal, independientemente de pensar que responde a necesidades no cubiertas de las mujeres o familias, demuestra una gran capacidad para emprender. Siempre me ha sorprendido lo mucho que se habla de dinero entre las personas africanas, incluso en entornos infantiles, reproduciendo casi lo que dirían sus mayores. También la disposición a realizar tareas a priori de poco beneficio económico y gran carga laboral bajo la máxima de que siempre es mejor hacer algo que quedarse cruzada de brazos.
El refuerzo de las estructuras que fomenten el autoempleo y la autonomía de las mujeres siempre será beneficioso para un empoderamiento del conjunto de la sociedad, tanto económico como social, al incorporar como agentes contribuyentes a todas las mujeres que puedan beneficiarse del mismo. Sin embargo, la perennización de un sistema económico basado en la actividad informal precariza aún más a quienes ejercen sus actividades en dicho marco y que en el caso de las mujeres se ve agrabado por la no contemplación de una gran parte de las labores y actividades que desarrollan como, por ejemplo, las relativas al cuidado.
un saludo!