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Yo creo que no se trabajan lo suficiente. Ni siquiera se trabaja suficiente la coeducación.
En realidad, lo ideal sería no tener que dedicar espacios concretos y específicos para esto. En el día a día, en cada conversación, en cada conflicto, en cada gesto, en cada decisión las personas que educamos estamos mostrando una manera de hacer y funcionando como referentes. Y ahí deberían ir implícitos principios y valores feministas.
Yendo directamente a la pregunta, dentro de los espacios de coeducación, creo que se deberían crear sesiones no mixtas. Pero no desde el principio. En conjunto, se ha de comenzar asegurando que un valor compartido es el de la igualdad. Posteriormente se ha de demostrar mediante datos y argumentos sólidos la situación desigual por cuestiones de género. Una vez esto está interiorizado es el momento de que las mujeres interpelen directamente a los hombres: “Eh, chavales, nosotras ya estamos currando, ahora os toca a vosotros”. Creo que este es el mecanismo que se ha dado en las calles y que han llevado a los hombres a crear grupos de hombres y empezar a cambiar su manera de relacionarse con el mundo.
Una vez los chicos del grupo asumen que es su turno y que el cambio hacia una sociedad más igualitaria no se dará sin la voluntad e iniciativa de los hombres, creo que hay que dejar que marquen su itinerario, con alguna sesión inicial donde muestren sus intereses, opiniones y necesidades. Hay muchos temas que tratar, desde lo personal (educación emocional, autoconocimiento, asertividad, escucha activa…), a lo colectivo (violencia machista, privilegios, formación en cuestiones de género, actualidad, historia, referentes mujeres…)
De todas formas, creo que lo más efectivo es el trabajo entre iguales y no veo que la escuela sea el mejor espacio. Puede darles un ejemplo de cómo hacer las cosas, pero en general es vista como una obligación y los chavales huyen de las imposiciones. En la familia tampoco veo conveniente un trabajo específico sino una paternidad que sea ejemplo. Quizá en los clubs de tiempo libre haya más espacio para trabajar el tema de la masculinidad de forma específica. Sin embargo, lo ideal es que los chicos creen sus propios grupos de masculinidades, o se puedan acercar a otros ya en marcha. En esto, los movimientos sociales tienen mucho que decir. Hay algunos colectivos y ONGs que ya están en ello, de manera que todos los hombres que participan en ellos se reúnen periódicamente para trabajarse el machismo. Pero son pocos. No obstante, hilando con lo que comenta Henar, la percepción que tengo por la gente que conozco dentro del movimiento feminista es que se ve claro que hay que implicar a los hombres en el cambio y yo personalmente ya lo he empezado a ver. En la asamblea de jóvenes de mi pueblo las mujeres han dicho “es vuestro turno” y a raíz de ellos los chicos se han empezado a mover. Torpemente, pero ya están en camino.
Resumiendo. El proceso es: valorar la igualdad > ser consciente de la desigualdad > responsabilizarse desde tu lugar. Si conseguimos insertar a los chavales con los que trabajamos en ese proceso y con suerte se rodean de alguna persona feminista, estaremos en el camino de coeducar e incluir las masculinidades en esa coeducación.