Bueno, en mi opinión, existe un riesgo muy grande si se permite que las y los jóvenes tengan una educación en la que no se erradique la intolerancia, el racismo silenciado, discreto o velado, en la falta de empatía y solidaridad con las personas de otras procedencias. Se corre el riesgo de notar un auge de discursos racistas y xenófobos, de ver un incremento de agresiones racistas, de fomentar la discriminación por razón de procedencia o por color de la piel. Creo que la diversidad cultural y la interculturalidad forman parte del sistema educativo actual y que todas las alumnas y alumnos, sean de donde sean -o cuyas familias procedan del país que sea- se deberían sentir alumnado de pleno derecho y a futuro ciudadanía integrada en la comunidad en la que residen, con independencia del origen o condición social de las familias y ciudadanía de pleno derecho. Como sociedad de acogida, a nivel institucional y a nivel personal, tenemos la obligación de impulsar esos derechos, esas actitudes y habilitar cauces para la cohesión social y la integración.