Respuesta a: Módulo 2

#804
Joana
Moderador

Perdón, repito el mensaje porque veo que algunas frases no están en su sitio.
Me parecen muy interesantes todas las aportaciones tanto de quienes tenéis experiencia en África como de quienes no. Como ya dije en la presentación, coordino los proyectos en África de la ONG en la que trabajo. Coincido en que una de las claves en el ámbito rural es la alfabetización de las mujeres, pero no únicamente; creo que también es fundamental su autonomía económica y en general apoyar su empoderamiento. Si las mujeres africanas son las titulares de derechos, tienen que ser ellas quienes protagonicen la transformación de su realidad y las ONGD deben acompañarlas en tanto que titulares de responsabilidades. Creo que cualquier cambio que no esté liderado por las personas a quienes atañe no será efectivo.
En la región de Hodh el Garbi, en el sur de Mauritaria, trabajamos con una ONG local, El Karamat, que desarrolla proyectos de erradicación de la VDG y por el empoderamiento de las mujeres. Hodh el Garbi es una región habitada por exesclavos (o esclavos todavía, aunque las leyes mauritanas prohiben la esclavitud y el gobierno persigue y encarcela a quienes se atreven a denunciar que todavía existe), donde las mujeres a todos los condicionantes de género deben añadir el hecho de ser o haber sido esclavas y que en muchos casos, después de generaciones de esclavitud, todavía tienen arraigada la idea de sumisión y la transmiten de generación en generación.
Desarrollamos el proyecto en uno de los municipios de la región, Gatt Teydouma (constituido por 49 adoubas o poblados), trabajando al mismo tiempo con titulares de derechos, titulares de responsabilidades y titulares de obligaciones, pues se trata de cambiar las bases sobre las que se asienta esa sociedad, pero al mismo tiempo ser respetuoso con su cultura. Con las titulares de derechos, las mujeres, trabajamos en la alfabetización, el conocimiento de sus derechos, el conocimiento de las leyes mauritanas que en teoría las protegen y alternativas económicas a través de la construcción de pozos y huertos, la ganadería a pequeña escala, la dotación de molinos de grano, la instalación de tiendas comunitarias… Especialmente con aquellas mujeres cuyos ingresos provienen de la práctica de la mutilación genital femenina, para ofrecerles una alternativa económica. Con los titulares de obligaciones (concejales, trabajadores municipales, personal sanitario, policía y judicatura) y con los titulares de responsabilidades (jefes de poblado, consejos de ancianos, jefes religiosos, personal educativo y las propias comunicades de las mujeres) realizamos sesiones de formación y sensibilización sobre los derechos de las mujeres y su papel fundamental en el desarrollo sostenible y equitativo, así como para que cumplan con sus obligaciones, protejan a las víctimas y persigan a los infractores. Todo ello, teniendo en cuenta que se trata de un país islámico y la religión juega un papel fundamental. Para ello, El Karamat cuenta con la colaboración de diversos imanes que gozan de prestigio en el país, para dar a conocer que la mutilación genital femenina no es una tradición islámica sino una costumbre faraónica que extendieron por África y popularizar la fadwa de los principales Ulemas mauritanos que la prohíbe ; que los matrimonios precoces tampoco lo son (poniendo como ejemplo a las hijas del profeta)…
Se trata pues de empezar con pricipios muy básicos e ir avanzando. El resultado es que en las 20 adouabas que ha trabajado el proyecto, desde 2016 ninguna niña ha sido mutilada y tampoco se ha producido ningún matrimonio en el que la novia tuviese menos de 17 años.