Respuesta a: Módulo 4

#940
Paula
Moderador

Buenas noches! -creo que no se ha cargado mi publicación anterior, intentaré replicarla. Disculpen si se publica doblemente!-

Quería compartir dos películas maravillosas de directores africanos y relacionadas con las preguntas propuestas:

-Sarraounia (Med Hondo, 1986), supone un antídoto contra esa “historia universal” que nos contaron en la escuela y que olvida las vivencias del 90% del universo. Además de que cada fotograma es una obra de arte, cuenta la historia real de la joven reina Sarraounia (Hausa, en la actual Nigeria), una de los pocas líderes que resistió a los avances de la colonia francesa del sanguinario Paul Voulet. Un ejemplo brillante de cómo a través del cine podemos combatir el “síndrome del cíclope” (Bonnie Anderson) -limitación de la mirada tuerta de un único ojo viril- que conlleva a que los estándares euro y androcentristas se asimilen como universales mientras los femeninos se perciben como meras curiosidades a único interés de las mujeres. La historia de este personaje también ayuda a romper con el “imaginario social” más generalizado de las africanas y su relación con el poder.

-La petite vendeuse de soleil (Djibril Diop Mambéty, 1998) refleja la economía irregular de la que hemos leído esta semana a la que están vinculadxs miles de niñxs. La sinopsis dice:

“En Dakar, la venta ambulante de periódicos siempre ha sido una actividad reservada a los chicos, pero una mañana, Sili, la pequeña mendiga, lo pone en duda. Debe tener entre 10 y 13 años de edad y vive en la calle desplazándose con la ayuda de muletas. Pide en el mismo lugar donde los chicos venden los periódicos. Pero hoy, estos la agraden con violencia y rueda por el suelo. Está decidido. Ella también venderá periódicos, como todo el mundo.”

Me gustaría además compartir un aprendizaje que tuvimos en mi equipo laboral durante la cuarentena. Como el resto del mundo, nos vimos obligadas a digitalizar nuestro trabajo pero en un contexto donde nuestras contrapartes y usuarios no disponen de acceso a internet. Por un lado, mes a mes fuimos observando desgraciadamente cómo la brecha digital iba alejando a esas personas sin acceso a internet y empeorando su situación laboral, educativa y económica. Por otro lado, para nuestra sorpresa, comenzamos a percibir una mayor presencia de mujeres en las actividades virtuales. Mujeres que no accedían a nuestro local cuando estaba abierto por un sin fin de obstáculos -por ejemplo la falta de iluminación en sus barrios de noche- pero que quizás sí podían participar en un debate por Whatsapp con nosotroas desde casa.

Sin duda no podemos perder el foco en la importancia de un internet más democratizado.