Respuesta a: Módulo 5

#1062
Marian
Moderador

Hola de nuevo a todas.
En relación a la primera pregunta del foro.
Mientras que en los países desarrollados la tasa de mortalidad materna (TMM) es de 20/100.000 nacidos vivos (de media), en los países en vías de desarrollo aquella tasa se eleva al 440/100.000 nacidos vivos (de media). De los países de África sólo unos pocos (Cabo Verde, Isla Mauricio y Seychelles) tienen tasas de mortalidad materna y perinatal semejantes a las de los países desarrollados.
La situación es especialmente dramática en los países del África subsahariana, donde la TMM se sitúa alrededor del 1.000/100.000 nacidos vivos, es decir 200 la tasa registrada en varios países europeos como Suecia, Austria, Dinamarca o España. En el área subsahariana, además, el porcentaje de partos asistidos por «personal cualificado» es el más bajo del mundo. La situación de la salud materna también es muy mala en África Occidental. En esta región se estima la TMM entre 900 y 1.300 (Burkina Faso, Mauritania, Senegal, etc.)
Sin lugar a dudas, la mortalidad materna es uno de los grandes desafíos sanitarios del África actual. Sin duda África necesita un esfuerzo de todo el mundo para erradicar su pobreza, mejorar la salud de su población y situar a sus países en el camino de un crecimiento viable y sostenible. Este esfuerzo tiene que ser global e involucrar a sectores como la educación, el bienestar social, el transporte, las infraestructuras y el desarrollo económico, así como la protección de las culturas autóctonas1. Las iniciativas de la OMS, como «Maternidad segura», de 1987, o «Haciendo más segura la gestación» han obtenido unos resultados han sido escasos y persisten en África unas TMM absolutamente inaceptables.
Creo que la inversión en el empoderamiento de las mujeres, en mejorar sus condiciones de vida a nivel educativo, social y económico es el pilar fundamental para reducir estas tasas demoledoras.

Respecto a la segunda pregunta que se nos plantea podemos encontrar ejemplos de violencia directa (donde hay un actor que comete el acto de violencia) en agresiones físicas, violaciones y acoso sexual, las guerras.
Respecto a la violencia estructural: ataca de forma más lenta y pausada, no hay un actor directo, puede ser manifiesta como desigualdad de oportunidades ante la vida ejemplos de ella es la marginación, el hambre, lamalnutrición…).
Por su parte la violencia, más sutil y difícil de percibir, basada en estereotipos e idealizaciones ideológicas, en ideas que construyen el sentido común del que es participe, de manera directa o indirecta, el global de la sociedad, de ahí su papel legitimador de las demás violencias.
La violencia estructural y la violencia cultural, reproducen la violencia; se reproducen a sí mismas y constituyen la base de la violencia directa. Este modelo triangular de Galtung permite dilucidar las causas que mantienen en constante relación los tres tipos de violencia. Estos flujos circulan en todas las direcciones, ya que la violencia se origina en cualquiera de los vértices, siendo el más significativo el que parte de la violencia cultural pasando por la estructural y terminando en la directa. En el ámbito de la violencia de género, este modelo queda plenamente de manifiesto.
También hay otro tipo de violencia estrechamente vinculada a la violencia cultural: la violencia simbólica, que para ser comprendida eficazmente ha de ser analizada desde una perspectiva particular, en tanto y cuanto es una manifestación concreta, a través del poder de los símbolos sociales, de la violencia cultural. La violencia simbólica se puede definir como el poder para imponer la validez de significados mediante signos y símbolos de una manera tan efectiva que la gente se identifique con esos significados. De alguna manera, podríamos decir que es una manifestación directa de la violencia cultural, que sin llegar a ser violencia directa, opera en la práctica de una manera muy similar, en tanto y cuanto tiene una naturaleza agresiva muy marcada. La violencia simbólica es el acto agresivo-violento presente en los códigos simbólicos de la sociedad. No es tan sólo que legitime la violencia directa o estructural, sino que en sí mismo es un acto violento. Estos códigos simbólicos son impuestos por los sujetos dominantes a los sujetos dominados, sometiéndolos con ello a una determinada visión del mundo, de los roles sociales, de las categorías cognitivas y de las estructuras mentales que son intrínsecamente violentas.