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Buenas tardes:
La masculinidad hegemónica tiene diversas consecuencias negativas para los hombres, a pesar de que estas hayan sido invisibilizadas tradicionalmente usando para ello, en mi opinión, los privilegios que aporta.
En primer lugar, una de las consecuencias negativas más evidentes es la falta de estrategias emocionales. Desde pequeños, los hombres están acostumbrados a que les nieguen la posibilidad de expresar sus sentimientos, desde que se les dice que no deben llorar porque deben ser chicos “fuertes”, como si llorar fuera un signo de debilidad. Esto, como consecuencia, provoca que durante la adolescencia tiendan a no saber identificar las emociones que sienten, que normalmente suelen expresar con rabia, pero que en numerosas ocasiones tienen de fondo sentimientos de tristeza o abandono, por ejemplo. En la vida adulta, la poca educación emocional que reciben (aunque la falta de educación emocional también la sufrimos las mujeres, pero al menos se nos “permite” ser más sensibles), hace que tengan dificultades en sus relaciones afectivas y, especialmente, en las sexoafectivas, además de que tienden a alejarse de sus familiares por no tener conciencia de las necesidades propias y de los demás de mantener vínculos de afecto con, por ejemplo, los padres y las madres u otros familiares cercanos.
En segundo lugar, otra consecuencia negativa importante, como se explica en este módulo, es la tendencia a realizar con mayor frecuencia que las mujeres actividades que ponen en riesgo su salud e integridad física. Tienen más accidentes de coche porque circulan a mayor velocidad, consumen más alcohol y drogas y habitualmente llevan a cabo actos que ponen en peligro su integridad por demostrar lo “machos” que son ante su grupo de amigos (esto último, normalmente en la adolescencia). Otro rasgo en el que esto se ve muy reflejado es en la tendencia, especialmente en la juventud, a autolesionarse cuando no se es capaz de gestionar y expresar las emociones (algo relacionado con lo que he comentario anteriormente). Por ejemplo, es típico que un adolescente o joven adulto pegue puñetazos y patadas a objetos “por no pegar a otra persona”, para expresar su rabia, por una incapacidad de identificación, expresión y gestión de las emociones, generándose a veces graves lesiones como heridas profundas, roturas o esguinces.
Por último, para mí otra de las consecuencias más destacables es lo inhibidos que están en sus relaciones sexuales. La masculinidad hegemónica hace que los hombres que a priori se consideran heterosexuales tengan una vida sexual limitada a lo que se considera que es “de hombres”. Son reacios a probar experiencias alternativas que la sociedad les hace entender que son de “poco hombres”, además de que se sienten acomplejados cuando creen que no son “capaces” de satisfacer sexualmente a su pareja (habitualmente, cuando esta es una mujer). Su falta de libertad en ese sentido los lleva a informarse poco, a compararse con las vivencias de otros hombres (que muchas veces se exageran) y a sentirse acomplejados, no siendo capaces de expresarse ni con sus amigos ni con sus parejas sobre cómo se sienten, qué querrían probar o cambiar en sus relaciones…
Además de estas, hay otras muchas, pero estas son las tres primeras que se me vienen a la cabeza.