Respuesta a: Módulo 2

#791
Almu_gb
Moderador

Hola a todas,

Hace poco realizamos una entrevista a una trabajadora que lleva con la ONG con la que trabajo desde 2001. Tiene mucha experiencia en proyectos, y siempre ha estado involucrada con asociaciones de mujeres. En la entrevista nos contaba precisamente de cómo ha cambiado la realidad de la mujer en Guinea Bissau, no solo desde la intervención de la ONG, si no también de lo que recordaba anterior a su edad adulta.
Ella repetía mucho la importancia de alfabetizar a la mujer del área rural, como base indispensable para introducir otros cambios y acceder a la información. Nos contaba que hasta que las ONGs internacionales no entraron en el país (después de la independencia en 1974) no se oían mensajes sobre los derechos humanos o los derechos de las mujeres, ni llegaban mensajes sobre la importancia de la educación de las niñas o la peligrosidad de la MGF. Entonces (y aún ahora en algunas zonas más apartadas) el único medio de comunicación era la radio y la desinformación era por tanto muy alta.
Además hoy en día, especialmente en el área rural, puedes ver cómo la mujer sigue siendo la responsable de la familia con todo lo que eso conlleva ( como encargarse desde niña de los hermanos más pequeños y de las tareas del hogar, abandonando los estudios) y si bien es verdad que la escolarización de niña se ha igualado a la de los niños en los últimos años (en este país), me sigue dando la sensación de que sigue siendo una forma más de esclavitud hacia a la mujer.
Nos contaba de que ahora, las niñas accedían más a la educación y a la información, y se notaba un cambio de tendencia en la mayoría de ellas, prefiriendo continuar sus estudios, trasladarse del área rural a la ciudad, casarse más tarde o acceder a puestos de trabajo que antes solo eran para hombres, como docente, farmacéutica, funcionario de un banco, etc.

Pese a todos estos avances, de nuevo hemos visto como, respaldados por lo que es culturalmente aceptado o respetado por la tradición, se ha seguido ejerciendo la violencia contra la mujer, especialmente agravado por la crisis económica provocada por el COVID 19. Al no tener acceso por los confinamientos a los mercados o a los trabajos manuales que la mayoría de la población guineana ejerce, la falta de recursos económicos y el cuidado de la familia ha recaído sobre las mujeres, con peso renovado. Los casos de violencia ejercidas por el hombre hacia la mujer aumentaron, a causa de las tensiones que se vivían en el entorno familiar por la falta de recursos económicos y la incertidumbre que generaban las medidas como el confinamiento decretadas por el gobierno.

Por otro lado, y en la línea de las preguntas sobre la MGF, dentro de las asociaciones a las que pertenece esta trabajadora y compañera, nos contaba que desde hace 15 años, se comenzaron a crear redes para la denuncia y seguimiento de los casos de violencia contra la mujer y MGF (En Guinea Bissau conocido como el fanado). Si bien es una tradición extendida mayormente entre la etnia Fula (musulmana) y está penada por la ley del país, se siguen realizando a día de hoy. Para ello han creado estas redes de denuncia y seguimiento de los casos, para verificar que sean verdaderos, localizar a los responsables, cuidar y proteger a la víctima durante el proceso. Muchas veces, pese a que la legislación prohíba y penalice estas prácticas, el desconocimiento de la ley (consecuencia en parte de la analfabetización o del abandono escolar) da lugar a situaciones dónde no se denuncian estos casos. También ella hablaba de la importancia de localizar bien el caso y presentarlo ante la ley. Sin ese respaldo sería muy difícil que las mujeres se atrevieran a denunciar. Además pese al peso cultural de la MGF, las mujeres notan que no es bueno… los problemas de salud que acarrea son brutales y llevan incluso a la muerte por infecciones graves del tracto urinario o desgarros durante las relaciones sexuales y los partos (por no hablar del tipo de instrumental o condiciones higiénicas que las mujeres que realizan esta intervención utilizan… cuchillas y agujas sin esterilizar, hilos no indicados para intervenciones de este tipo, cero formación médica…). Las mujeres son muy conscientes de la gravedad y el peligro de esta práctica, aunque la acepten por motivos culturales.

Creo que además de incluir la perspectiva de género en los proyectos que se desarrollan en cooperación internacional, va siendo hora de incluir en todos los programas, sean del ámbito que sean, un bloque de información dirigido a toda la comunidad. Compartir e informar sobre las cartas y los protocolos existentes para la defensa de sus derechos, informar de si están ratificados o no en sus países así como de su legislación y así poco a poco eliminar que se justifiquen abusos respaldándose en la tradición y la cultura.