Formación – Solidaridad Internacional › Foros › El laberinto de los Derechos Humanos y la igualdad para las mujeres en África – III Edición › Módulo 2 › Respuesta a: Módulo 2
Yo no tengo experiencia en países africanos. Trato con mujeres africanas migradas en mi trabajo como orientadora laboral por lo que mi conocimiento real es sobre todo a través de lo que me cuentan ellas y pregunto yo, o sea más bien poco. Si que he podido comprobar por sus relatos la vigencia e importancia de los Códigos de familia que someten a las mujeres a los deseos de padres y maridos. Una mujer senegalesa migrada me contaba que su familia la había repudiado por haber denunciado a su marido y haberse eparado. La prevalencia de estas prácticas culturales y tradicionales en muchos países de África son un obstáculo para que las mujeres puedan ser dueñas de su propia vida.
Desde mi punto de vista la penalización per se no es una buena herramienta, sobre todo si es la única estrategia. Creo que los estados deben de asumir responsabilidad de erradicar toda práctica que oprima y subordine a las mujeres. Los gobiernos deben invertir en medidas positivas para las mujeres y garantizar el empoderamiento de las mujeres en diferentes niveles, social, económico, legal y político.
La educación obligatoria para todas las mujeres debería estar garantizada. Los esfuerzos deberían concentrarse en ocuparse de informar a las mujeres para fomentar el conocimiento. El conocimiento es poder. El documental sobre la erradicación de la ablación en pueblos de Senegal que recomendó la compañera en el módulo anterior es un ejemplo gráfico de eso. Empoderar a las mujeres a través del conocimiento, cuidando mucho que la comunicación se establezca desde relaciones horizontales que ayuden a crear alianzas, y rechazando relaciones de poder que sólo inspiran desconfianza.
Hay que dar voz a la mujer sobre todo de entornos rurales y de subsistencia. Escuchar sus aspiraciones, sus deseos, su forma de entender la vida. Escuchar su relato.
Trasmitir cuáles son sus derechos a través de la formación para asimilar que su trabajo, su salud como mujeres y como madres y la salud de sus hijos son un factor importante para el desarrollo de sus naciones. Ellas tienen que saber que su bienestar es el motor del desarrollo y que la desigualdad de género las condena a no salir de la pobreza.
Habría que implementar medidas que promuevan la independencia económica de las mujeres, terminando con las prácticas discriminatorias en herencia y propiedad privada, favoreciendo dotación de recursos económicos, fomentar el asociacionismo, la creación de empresas cooperativas orientadas no sólo a la subsistencia sino también al crecimiento y a la sostenibilidad.
Sin herramientas para su empoderamiento la plena inclusión de la mujer en la sociedad será siempre una quimera. Promover su formación y su empoderamiento económico que las capacite para tomar decisiones informadas sobre planificación familiar, nutrición, salud y para impulsar su participación sociopolítica.